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SALÓN CHHARQU: UN FANTÁSTICO VIAJE GASTRONÓMICO POR NUESTRAS RAÍCES

En nuestra búsqueda por conocer y recomendar restaurants que innoven y destaquen por ofrecer verdaderas experiencias gastronómicas, llegamos hasta un lugar muy especial.

Se trata de Salón Chharqu (del Quechua, desorden) el increíble bar del Restaurant Peumayén, que abrió sus puertas en marzo  del año pasado con la necesidad de darle espacio al restaurant y volverlo un ambiente más lúdico y  relajado. Además, nace con el propósito de “darle un vuelco a la coctelería tradicional, aportando con algunos de los tantos ingredientes que posee Chile y dar a conocer la basta herencia que han dejado nuestros antepasados”, señala su dueño, Sebastián Salah.

Como un lugar escondido y mágico, Salón Chharqu se ubica en Barrio Bellavista, mas en su interior se vive una energía especial y única, con coctelería de autor y un menú degustación denominado Pichintún. Un exquisito maridaje de seis tiempos con preparaciones que enaltecen nuestros productos nacionales y ancestrales, pasando desde preparaciones Aymara y Rapa Nui,  hasta comida tradicional Mapuche.

Qué degustamos

Sólo maravillas. Preparaciones tan bien presentadas y elaboradas que es casi un ritual religioso degustar el Menú Pichintún. ¿En qué consiste? En preparaciones de autor, en formato tapeo, con productos de nuestros pueblos originarios, mezclado con productos endémicos, más coctelería de autor, con o sin alcohol, o maridaje con exquisitos vinos chilenos.

La experiencia comienza con el primer maridaje, consistente en un Chopón, hongos y salsa verde, acompañado de espumante Extra Brut, J. Bouchon, País Cinsault, una preparación chilota, suave y delicada, hecha con papa molida y chuño.

Segundo maridaje: Po´e, o ceviche Rapa Nui, que es un budín dulce hecho con plátano puka puka, maridado con el Sauvignon Blanc Cenizas De Laberinto, 2017. Fresco, novedoso para nuestro paladar, y realmente exquisito.

Tercer Maridaje: Q´alatant´a con conejo, cancha y muquna, un amasijo aymara, similar a una churrasca que, tradicionalmente,  se realiza sobre piedras calientes (q´ala= piedra; tan´a = calientes). Maridaje: Un rosado del valle de Curicó, vinos fríos del año, ensamblaje de Garnacha y Petit Verdot.

De menos a más, pero todo con su toque distintivo, único y especial, llegamos al cuarto maridaje: Cochayuyo frito, millokín (pequeñas albóndigas de legumbres) y pejerrey apanado en harina tostada, maridado con vino Sofía, P.S García Pinot Noir, de Viña Casablanca (2016).

Quinto maridaje: De la gastronomía Mapuche, el tradicional Catuto con carne de caballo, milcao con gallina y chorito, con un sabor fantástico para comer en grande, junto al Carmenere  Clos de Luz Massal 1945, Rapel (2016).

Y sin querer terminar, llegamos hasta el sexto maridaje. El postre: Torta Opera de Huacatay, Pannacotta de coco de Isla de Pascua con piña, y Chapalele con mermelada de cochayuyo, acompañado por el sabroso y dulzoso Cola de Mono. ¡Grandioso!

Preparaciones estrellas

Todas son estrellas, mas destaca recientemente el cóctel, Glaciares Patagónicos, elaborados con un reconocido destilado de la Patagonia chilena.

Qué encontramos

Carlos Pedraza, el  excelentísimo anfitrión y encargado de Salón Chharqu, nos deleitó con parte de su coctelería de autor, con el destacado Glaciares patagónicos, con un sabor y aroma  muy distintivo, ambiguo, raro, como nos gusta,  y en un formato bastante considerable, sumado a un  Margarita Nortina, emulando al mundialmente conocido tequila margarita.

Salón Chharqu ofrece una atención muy personalizada  para que el cliente conozca el concepto, pruebe los productos y solicite algo más enfocado a su paladar. Para esto el bar cuenta con 43 variedades de pisco chileno y amplia gama de destilados internacionales, además de algunas preparaciones exclusivas del local.

Entre dichas preparaciones, y entre cada tiempo del menú Pichintún, nos sorprendieron con una Chochoca, masa de papas crudas y cocidas, rellenas con  estofado de rabo de buey (loved), Aceitunas de azapa con avellanas y arvejas, y un magnífico Kalapurka Chorrillana, con carne de cordero,  conejo, gallina,  papas fritas, ají trapi y huevo pochado.

Realmente, no podemos recomendar una, dos o tres preparaciones. Todas son increíbles y muy recomendadas.

Lugar

Mágico. Caminando por Barrio Bellavista, este templo gastronómico, pasa casi desapercibido. Una extraña y amable energía nos hizo devolver en el camino, para subir al encuentro de este elegante y a la vez rústico restaurant, con luz tenue, arpilleras colgantes (a la venta), instrumentos mapuches, un hermoso mural de un ancestro cocinando a leña, como invitando a conocer la experiencia de su preciosa barra, coronada por rústicas lámparas colgantes, taburetes de mimbre, barra- mesón de tablón vitrificado, vigas a la vista, y paredes con ladrillos de adobe. Mucha madera, barro y elementos nobles, además de un salón más privado, con cuatro mesas.

Salón Chharqu se convierte en uno de nuestros cinco mejores restaurants visitados hasta la fecha, por todo lo que implica el lugar en sí, su energía, sus comensales ( que son  80% extranjeros), la atención y experticia de primera calidad (bilingüe), y por sobre todo, una impecable propuesta gastronómica originaria, ancestral e identitaria, que se agradece de mil formas.

Al salir a este encuentro, experimenté un bello sentir, casi como un mantra: “Mejor imposible”, y así fue. Notable.

Salón Chharqu  en el Ciberespacio www.salonchharqu.cl

Instagram: @salonchharqu

Facebook: Salón Chharqu

Encuéntralos en Constitución 134 Barrio Bellavista, Santiago

Equipo Como Me gusta

Fotografía: Renzo Procaccio

Texto: Caro Aliaga

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