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Konstanza Sanhueza, Chef: “Vengo de una familia con mucho power femenino a la hora de cocinar”

Mi nombre es Konstanza Sanhueza, nací en un pueblito muy pequeño llamado Rinconada de Laja en la VIII región del Bío-Bío y me mudé a Santiago con mis papás a los 4 años de edad. Hoy tengo 27 años y soy cocinera desde hace 9 años.

Mis inicios en la cocina fueron muy caseros. Vengo de una familia con mucho power femenino a la hora de cocinar y todas las mujeres de mi familia me enseñaron a cocinar desde el día 1, algo que siempre me marco.

Nunca supe bien qué quería estudiar, pero mi mamá sí. Ella me alentó a estudiar cocina y caí rendida a los pies de este lindo y loco rubro desde el día que entré a la universidad. Desde el primer año que me adentré en cocinas ya sean nocturnas, itinerantes, cafés, etc; Pero todo lo real comenzó cuando hice mi práctica en Prima Bar, ya que desde ahí fui fichada para trabajar en 99 Restaurante, lugar donde trabajé seis meses en cuarto frío y seis meses en cuarto caliente. Ahí me enamore del josper y los fuegos a full.

Posterior a eso, llegó la pandemia y tocó emprender un poco, incursionando en la pastelería desde mi casa en Maipú, casi durante 8 meses. Hasta que llegó una oferta para trabajar en Bar La Providencia el 2020, donde hoy soy la jefa de cocina hace casi un año.

La cocina como carrera u oficio: Uf, complicada. No es para todos, pero quien la entiende se puede lograr enamorar de ella. Es un rubro súper bacán a veces, pero otras súper ingrato. Pasamos horas de pie, comemos de pie, estamos en constante éxtasis durante el servicio, pero nos encanta. Creo que es de los pocos rubros que te permite expandir tu parte creativa, siendo bastante artístico todo lo que hacemos, desde crear un plato, hasta el ritmo de un servicio que puede durar horas donde parece que todos estamos sincronizados, casi como un baile eterno.

Al momento de crear me inspira: Las personas. En la sensación de comer la comida de tu abuela. No cocino para obtener premios o ser reconocida, sino que cocino para la gente común y corriente. Quiero que se sientan como en casa. Eso me inspira cada día.

Un ingrediente o producto predilecto: Creo que debo ser franca y decir que de ingrediente sería la sal jajaja. Soy muy adicta y creo que nada está bueno si no está en su perfecto punto de sal. Ahora, si hablamos de producto sería el ajo. Me causa emociones fuertes.

Mi mejor elemento en la cocina es: Las personas. Sin ellas, seríamos nada. Ya sea tu equipo o tus amigos o la familia, es la gente que está contigo en la cocina, tu mejor elemento.

Mi preparación estrella es: Esta pregunta es difícil, demasiado autoreferente, y no sé si es estrella, pero me gusta cocina shakshuka al desayuno aveces y me queda bastante rico. Ahora, de platos en restaurantes, tendríamos que preguntarles a los clientes. No sabría qué decir.

Para comer recomiendo: Comida rica, lugares básicos, nada elegante, pero si bien preparado.

El lugar que recomiendo para comer: En estos momentos (porque uno pasa por etapas) diría que Guappo Bistro: sencillo, rico, cambiante, cercano.

Un aprendizaje en gastronomía: Muchas veces te vas a decepcionar, pero es parte del proceso. Nunca olvides tu meta.

Admiro a: En la cocina, a mucha gente. Es que no podría decir personas en particular, pero si admiro a quien se esfuerza por hacer platos nuevos, a quien se esfuerza para que sus papas fritas sean las mejores, a quien cocina por amor y pasión, a quienes quieren mover este rubro día tras día. Admiro a las personas que son valientes y deciden entrar a trabajar en un restaurante y se quedan.

Coliflor, pronto en carta de Bar La Providencia

Sobre la cocina chilena: Mmmm, que vamos para adelante, que somos muchos quienes trabajamos cada día para que el rubro en este país salga a flote, y no seremos los primeros y tampoco los últimos. Aparte, creo que la cocina chilena es deliciosa. Falta gente que la valore, tanto cocineros como clientes, ya que es cultural y la cultura es transversal.

Cuál es el paso a seguir en tu carrera como chef: Me encantaría saberlo, pero aún no lo sé. Tengo metas, obviamente. ¿A quién no le gustaría tener lo suyo? Nunca he querido saltarme escalones. Sólo quiero subir la escalera pasito a pasito, pues nadie me apura.

Por: Caro Aliaga M.

Imágenes: Cedidas / Carlos Molina.

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