Hace un tiempo, mi esposa y yo estábamos conversando sobre lo bien que nos vendría un viaje, pero sin tener muy claro el destino. Decidimos hacer un sorteo con tres posibles lugares… y la suerte nos llevó a Perú.
Ya había estado en el país en 2021, con una breve escala en Lima y una experiencia inolvidable en una finca cafetera, donde pasé cinco días documentando procesos y participando en un curso de la Escuela de Baristas Chile. A pesar de eso, sentía que aún me faltaba conocer el lado más turístico y gastronómico del país. Así que esta vez, Machu Picchu sería una parada obligatoria, junto a una ruta por lo mejor del café de especialidad en Lima y Cusco.
El impulso final llegó cuando se publicó el listado de las 100 mejores cafeterías del mundo. Para mi sorpresa —y fortuna— cinco de ellas estaban en Perú: dos en Cusco y tres en Lima. No lo dudé más. Compré los pasajes y me embarqué en uno de los viajes más memorables que he vivido como amante del café.
Florencia y Fortunata (#100) – Cusco
Ubicada a pasos de la Plaza Mayor de Cusco, Florencia y Fortunata es una cafetería que representa el poder de la organización de las mujeres en el café.
Fundada por Carolina Peralta y participantes activas de Girlsplaining, se preocupan de que tu paso de por este lugar sea una experiencia no sólo desde la calidad del café y de su diseño (que de por sí es increíble), sino también en la interacción que puedes tener con las baristas quienes se toman todo el tiempo necesario para que entiendas bien el grano de café que tienes en tu taza, incluyendo a las productoras que hay detrás.
Origen Tostadores (#69) – Lima
Probablemente el nombre más reconocido por quienes seguimos el mundo del café de especialidad en Chile. Origen se ha ganado su lugar no solo por la calidad de sus tuestes, sino también por su original diseño con guiños a Star Wars.
La atención fue precisa y dedicada: desde el método de extracción hasta recomendaciones para disfrutar al máximo el filtrado. Un ejemplo de respeto por la materia prima y la experiencia del cliente.
Coffee Busters (#59) – Lima
Con Coffee Busters fue una experiencia especial. Los visité justo el día que me devolvía a Santiago y me quise traer un cuarto igual que con las demás cafeterías, sin embargo no tenían disponible. Obviamente subí una historia tomando café ahí (muy bueno por lo demás) a la que respondieron preguntando cómo había estado mi visita, respondí que todo muy bien pero que me quedé con las ganas de traerme café a Chile y ya me iba al aeropuerto. Acto seguido, coordinaron la entrega de un cuarto que me trajo un amigo chileno de ellos (Tostador de Kehilla, otro muy buen café), lo que demuestra lo comprometidos que están con entregar una experiencia inolvidable.
Otro punto importante que me haría volver a Coffee Busters es que también realizan actividades con vino. Incluso sirven sus filtrados en copas, algo que al parecer se está empezando a volver una tendencia en muchos lugares por sus propiedades al mantener el aroma.
Three Monkeys (#22) – Lima
Inspirado en la estética japonesa wabi-sabi, Three Monkeys es un verdadero deleite visual y sensorial. Desde el diseño del local hasta el outfit del equipo, todo respira armonía y detalle.
Las preparaciones son impecables, los granos excepcionales, y el merchandising irresistible (sí, me llevé un jockey). Un café al que sin duda quiero volver.
Puku Puku (#20) – Lima
La mejor posicionada en el ranking, y con más de 10 locales, Puku Puku representa una apuesta más consolidada dentro del café de especialidad peruano. Si bien su experiencia no es tan personalizada como en los cafés de autor, el nivel del café es sobresaliente. También sirven en copa de vino, aunque en este caso extrañé un poco más de interacción con el barista.
Perú es mucho más que Machu Picchu y ceviche. Es también un destino imperdible para los fanáticos del café de especialidad. Estas cinco cafeterías no solo me sorprendieron por su calidad, sino también por su calidez, creatividad y compromiso. Si estás planeando un viaje y el café es parte de tu vida, no dejes de incluir estos nombres en tu ruta.
Texto e imágenes: Gabo del Campo
