#YOCOMO DESTACADA

La Carbonada: Un guiso emblemático de la tradición culinaria chilena

carbonada

La carbonada es mucho más que una preparación culinaria. Es un relato cocido a fuego lento que atraviesa la historia social, los oficios, los paisajes y la memoria viva del pueblo chileno. Su origen simbólico se remonta a las cocinas obreras de Lota, donde los mineros del carbón cocinaban con lo que se les asignaba: carne y verduras trozadas, cuya forma evocaba los fragmentos del carbón que extraían a diario. En esos espacios precarios, la carbonada se volvió símbolo de sustento, abrigo y comunidad”. (Durán, N. (2023) Carbonada de Chile).

Durante la pandemia, este guiso volvió a cobrar sentido colectivo en las ollas comunes que alimentaron a miles de familias. Se reafirmó como alimento solidario, preparado con lo disponible, cocinado con afecto y compartido con dignidad.

Geográficamente, la carbonada refleja la diversidad del territorio chileno: en la costa incorpora machas, piures o cochayuyo; en el valle y la cordillera, zapallo, choclo, arroz, papas y a veces charqui. Se adapta al calendario de las estaciones y a la despensa local, lo que la convierte en un verdadero mapa culinario del país.

Desde lo social y cultural, ha sido transmitida de generación en generación, mayormente por las mujeres, como parte de una educación afectiva y silenciosa. Cocinar carbonada es un gesto de reunión: convoca, fortalece vínculos y afirma pertenencias.

Premiada el 2025 por El Menú de Chile del Ministerio de las Culturas, La Carbonada de Machas del territorio Putú–Huenchullamí Comuna de Constitución es un ejemplo de cómo esta receta se sumerge en el oficio de los mareros-macheros. En esa preparación se recoge el testimonio de don Mencho, quien desde los 12 años extraía machas mediante el taloneo, técnica ancestral que vincula cuerpo, mar y memoria. Su madre, doña Eliana, le enseñó a preparar la carbonada con machas, arroz y papas: un plato simple, pero lleno de historia. Investigación ganadora: De Hierro y Greda – Olletas del Trabajo Campesino-Machero.

También destaca la Carbonada de Piures, registrada en la Fiesta del Piure en la comuna de Navidad, documentada por el canal Cocina Territorial (@cocinaterritorial8122) en su Capítulo 1: La Despensa Marina del Territorio del Chile Central. En ella se expresa el vínculo profundo entre el mar, los oficios tradicionales y la cocina patrimonial. Es un ejemplo claro de cómo el alimento se convierte en archivo biocultural.

La carbonada también se relaciona con la sostenibilidad. Su elaboración con productos frescos, locales y estacionales refleja una relación respetuosa con la naturaleza. En zonas costeras, las prácticas de recolección responsable —como el marisqueo manual o la pesca artesanal— transmiten valores de cuidado intergeneracional y protección del ecosistema.

Finalmente, la carbonada es salud, memoria y cultura. En sus versiones marinas o campesinas, alimenta con lo que se tiene a mano, honra la sabiduría popular y fortalece los lazos de identidad territorial. Es una receta que alimenta el cuerpo y reconforta el alma.

Por Fabián Gallardo, chef fundador de Escuela de Cocina Territorial.

Imágenes: Gonzalo Rojas R.

También te puede interesar