En el contexto de la gastronomía chilena, la estacionalidad de los productos se presenta como un aspecto esencial que trasciende una mera cuestión alimenticia. Manuel Morales, académico de la Escuela de Gastronomía de Universidad de Las Américas, resalta la importancia de aprovechar los productos estacionales no sólo para fomentar una alimentación saludable, sino también para fortalecer la identidad gastronómica de Chile. «La estacionalidad está relacionada con las épocas de cosecha y la disponibilidad de productos frescos. En estos momentos, los alimentos presentan su mejor calidad en sabor, aroma y valor nutricional, además de ofrecer un menor costo en el mercado», explica.
La diversidad geográfica de nuestro país ofrece una gran variedad de provisiones que cambian con las estaciones del año, lo que enriquece la oferta gastronómica. «La geografía chilena nos da la oportunidad de planificar nuestra dieta según los productos frescos de cada estación, lo que no solo mejora la calidad de la nutrición, sino que también rescata y valora aquellas preparaciones tradicionales», comenta el experto de UDLA.
Morales señala que la gastronomía nacional ha comenzado a ser reconocida en los últimos años gracias a iniciativas que han puesto en valor las preparaciones ancestrales y regionales. «Hoy, programas como Recomiendo Chile, han permitido que chefs destacados viajen por el país, rescatando saberes olvidados. Esto ha sido un paso importante para sentar las bases de una identidad culinaria más sólida», señala, agregando que la academia ha incorporado en sus planes de estudio la enseñanza de cocinas andinas y pueblos originarios.
En cuanto a la estacionalidad y su impacto en los precios, el experto subraya que el costo de los alimentos varía significativamente según la temporada y la cercanía de las zonas de producción. «Por ejemplo, en verano, el precio de las sandías puede ser hasta un 60% más bajo cuando se cosechan en sectores cercanos a Santiago, en comparación con otras épocas del año cuando provienen del norte», detalla Morales.
En comparación con otros países, el académico menciona a Perú como un referente en la construcción de una identidad fuerte. «Ellos han logrado posicionar su gastronomía a nivel internacional gracias al compromiso institucional y al uso de sus productos locales, lo que ha contribuido a crear la marca Perú», destaca, sugiriendo que Chile podría seguir un camino similar para desarrollar y consolidar su propia imagen culinaria.
De cara a la primavera, el experto recomienda aprovechar los productos de temporada para obtener beneficios tanto en salud como en sostenibilidad. «El consumo de alimentos frescos locales no solo es más saludable y económico, sino que también apoya a la producción local y reduce el impacto ambiental», afirma.
Asimismo, destaca la importancia de aprovechar productos de temporada para obtener beneficios tanto en salud como en sostenibilidad. En esta línea sugiere incorporar en la dieta berenjenas, choclo dulce, guayaba y melones provenientes del norte grande; cebollas, chirimoyas, palta y papayas del norte chico; alcachofas, arvejas, frutillas y habas de la zona central; y espárragos, lechugas y papas de la zona sur. “Chile tiene todo lo necesario para construir una identidad gastronómica rica y diversa, aprovechando su geografía y la estacionalidad de sus alimentos», concluye el profesional de Universidad de Las Américas.