La popular cepa blanca destaca por ser versátil, elegante y con gran frescura. Conmemora su día conociendo su terroir y descubre por qué la marca ha sido destacada a nivel mundial.
Cada año, el último jueves de mayo los amantes del vino celebran el día de una de las variedades más famosas a nivel mundial: El Chardonnay. Esta cepa se cultiva en diferentes regiones vitivinícolas de Chile como Limarí, Elqui o Casablanca, y se ha posicionado como una bebida distinguida, fresca y muy versátil.
En Chile, el viñedo de Quebrada Seca, en el valle de Limarí, ha sido el protagonista de la producción de Chardonnay de primer nivel, reconocidos tanto por los expertos locales como por respetados especialistas extranjeros, gracias a que es un lugar idóneo para el desarrollo de la cepa debido a las condiciones climáticas y del suelo: la presencia de carbonato de calcio entrega vinos minerales con una buena acidez natural, mientras que la cercanía al mar refuerza la expresión de la fruta.
Marques de Casa Concha, marca multiorigen del portafolio de Viña Concha y Toro, ha sabido explotar el potencial de la zona para la producción de su Chardonnay, lo que le ha valido distinciones como las cuatro estrellas otorgadas por Harpers Wine Stars y los 92 puntos del crítico Tim Atkin a la misma añada.
Con un color amarillo claro y sabores de peras blancas con notas minerales y de avellanas tostadas, el Chardonnay de Marques de Casa Concha destaca por ser un vino complejo, elegante y vibrante, ideal para descorchar en una ocasión importante con amigos o familia en cualquier época del año -pese a que su consumo se asocia al verano-, ya que se vincula con gastronomía de alto nivel tanto en aperitivos como en platos fuertes.
Maridaje
En palabras del enólogo y director técnico de Concha y Toro, Marcelo Papa, “Limarí representa el mejor lugar para la producción de Chardonnay, ya que aportan una frescura y mineralidad que solo podemos encontrar en esa zona, y es lo que siempre buscamos destacar en nuestros vinos: identidad del terroir”.
El Chardonnay marida a la perfección con pescados y mariscos nobles como la centolla, ostiones o langosta, pastas como risottos o ravioles y quesos cremosos de sabor moderado como el Camembert. Todas estas recetas son la excusa perfecta para abrir un vino de esta variedad, deleitarse con sus sabores y disfrutar una experiencia única.