La entidad entregó 13 millones de kilos de productos en 2024. En el Día Mundial de la Alimentación, el tema sigue siendo un gran desafío, ya que 3 millones de chilenos vulnerables enfrentan carencias.
Más de 300 mil personas y sus familias fueron directamente beneficiadas, el último año, con la entrega de 13 millones de kilos de productos comestibles y de primera necesidad por parte de Red de Alimentos, organización sin fines de lucro que, desde hace 14 años, trabaja en ayuda de quienes presentan una situación de vulnerabilidad social.
En Chile, la inseguridad alimentaria -es decir, la falta de acceso regular a comida suficiente y nutritiva para vivir de manera saludable- afecta a tres millones de ciudadanos. Ante una nueva conmemoración del Día Mundial de la Alimentación, este 16 de octubre, el escenario sigue siendo complejo, ya que las carencias se han intensificado con las crisis económicas y sociales de los últimos años.
El Día Mundial de la Alimentación fue creado por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en 1945, para gestionar de forma eficaz el sistema alimentario global y terminar con el hambre y la malnutrición. Por ello, para Red de Alimentos, primera organización nacional dedicada al rescate de comestibles desde 2010, esta efeméride tiene una significación especial, en el sentido de constituir una oportunidad para tomar conciencia, a nivel social, de la relevancia de establecer cadenas solidarias, que permitan reducir las brechas existentes para quienes viven en la pobreza.
La entidad está conformada por 217 empresas socias, las cuales se comprometen a entregar una segunda vida a productos no están aptos para ser comercializados, pero sí para su consumo. De no ser recuperados, serían eliminados, perdiéndose la oportunidad de entregarlos a quienes los necesitan. En 2024, 180 voluntarios vincularon a las empresas y comunidades, fomentando el compromiso social dentro de sus organizaciones.
Desde su creación, la Red ha rescatado más de 83 millones de kilos de alimentos y artículos de primera necesidad. Son recepcionados en 1.456 centros de atención dependientes de 488 organizaciones sociales, las cuales son las encargadas de su distribución final.
Para su eficaz operación, la organización establece alianzas estratégicas con compañías, a lo que se suma la puesta en marcha de herramientas tecnológicas que agilicen los procesos. Una es la Red Virtual, que permite que el proyecto “Retiro directo en tiendas” conecte a las firmas socias que tienen productos susceptibles de ser rescatados con las organizaciones sociales y las comunidades más cercanas que los requieren, alcanzando así una mayor eficiencia en la recolección y distribución. En total, 1.197 locales están enlazados a la plataforma, materializándose 60.899 entregas de productos entre las firmas y las comunidades. Durante el último año se rescataron 2.095.612 kilos de artículos.
Adicionalmente, la Red cuenta con tres despensas sociales en San Bernardo, Puente Alto y Renca, que apoyan a las personas mayores que perciben ingresos inferiores al sueldo mínimo. También ponen a su disposición espacios comunitarios para que participen en cursos y talleres, a fin de que fortalezcan su sentido de pertenencia y de apoyo mutuo. Siete mil personas han sido favorecidas. La iniciativa será robustecida con la próxima apertura de otros dos recintos, ya que la última medición -en septiembre de 2024- evidenció que contribuyeron a disminuir en 30 por ciento la inseguridad alimentaria de los beneficiados.
Junto con su aporte social, dar una segunda vida a los alimentos tiene una importante repercusión en sostenibilidad, ya que evita la huella ecológica o medioambiental. Hasta la fecha se han evitado 188.157 toneladas de emisiones de CO2 y metano (gas de efecto invernadero), que son resultantes de la descomposición de productos no consumidos en los vertederos o rellenos sanitarios.
María Eugenia Torres, gerente general de Red de Alimentos, destaca que el rescate mencionado no sólo contribuye a la seguridad en este ámbito, sino que “también promueve un ciclo de responsabilidad medioambiental”, agregando que “nuestra misión está profundamente alineada con la sostenibilidad y el apoyo a las comunidades más vulnerables”.
Las cifras son elocuentes respecto del rol significativo que juegan los bancos de alimentos en la lucha contra el cambio climático. Desperdiciar comestibles intensifica el calentamiento global. Con su trabajo están contribuyendo al cumplimiento de los compromisos suscritos por Chile con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Específicamente, el ODS 12 busca garantizar modalidades de consumo y producción responsables, con una meta de reducción del 50 por ciento del desperdicio de alimentos.
Imagen portada: Unjay Markiewicz